sábado, 23 de abril de 2011

Sonriendo a la secuela del Amor fallido

Esa tarde la cita estaba pactada, yo subiría al avión con una mochila en la espalda llena de sueños, de juventud, con ganas de conocer el mundo y con miedos también, porque no sabía si volvería a verte. 

Tu rostro triste pero sonriendo porque todavía estábamos de frente, viendo nuestros ojos nuestras miradas intrigadas por no saber que vendría. Te bese, tus labios siempre tan optimistas ante todo, con ese sabor que me hace sentir escalofríos en la espalda, que eriza en este momento mi recuerdo agotado,de tanto contarlo, de tanto recordarlo. 


Te abrace hacia mi fuertemente, tu no te resignabas a soltarme, tus lágrimas mojaron mi camisa. Di la vuelta y comencé a caminar en sentido contrario, quería demostrar mi tristeza por dejar esa ciudad, pero mi inquietud de conocer otras ciudades pudo más. Pude  gritar TE AMO!!

Tu sonreíste por última vez enfrente de mi, me di la vuelta tome el camino que me llevaba al avión, ya todo era parte de mi soledad, en donde ya no estabas, aún cuando te amaba todavía bastante, pero mi emoción era más fuerte, quise escribirte decirte mil cosas, pero ya no era momento, todo estaba listo. 

Rodaron algunas lágrimas en el camino, muchas dudas inundaban mi cabeza de miedos, sin saber a donde voy exactamente, y sin tener la certeza de que en esa nueva vida que quiero hacer seré feliz como acá, y tal vez en el fondo he de reconocer que tengo más miedo por no encontrar una sonrisa como la tuya, que pueda prender todo ese fuego que tus ojos me inspiran ahora. ¿Y si mi cuerpo vuelve a arder? ¿Huiré o me quedaré? Seré capaz de ver como se consume en una llama de fuego ardiente que alumbre esa playa como aquella en la que una vez estuvimos, como esa noche bailando entre gitanos y alcohol, entre arena y mar, entre esas estrellas cómplices del compás de nuestros cuerpos en sepia. 

Quisiera quedarme y vivir de nuevo tu rostro, tu cabello negro, esa mirada triste que hoy tienes que me parte el alma me desgarra, quisiera cambiar todo, quisiera decirte todo lo que siento al partir, pero de nada serviría, sabes que es sólo un rato, que en menos de doce horas ya estaré en otra realidad, alterna, en donde comenzaré a maravillarme y volver a ser feliz olvidando lo que he dejado. 

He aterrizado, todos los recuerdos, los amigos, la familia, tú, los lugares, los cafés, tú, los bares, las noches y los amaneceres de mi tierra, todo se queda ahí abajo, en esa otra realidad que se mueve al mismo tiempo que se movía, conmigo, contigo, ahora sin mi. Soy consciente también que yo paso a ser de lo real a un simple tema de conversación entre tú y los que te rodean, entre mis amigos y mis familiares. 

Ahí comencé otra vida, reencontrando algunos amigos que me esperaban en el aeropuerto al otro lado del mundo, sonreí a esta nueva ciudad que me acoge, tomamos unos tragos, es inevitable que no salgas a la conversación, sonrío a mis amigos les digo que tú y yo ya hemos terminado esto, que sabemos que la distancia no nos sirve de nada y que es momento de comenzar de ceros. 
Eso hice, vivir, inventarme, era lo mejor, no hubiese podido vivir atormentado o atormentándote, los años se fueron desarrollando, sin darme cuenta los meses pasaban rápidamente, vinieron varias relaciones no formales, o cuando comenzaban a ser formales, me alejaba, no podía evitar tu sonrisa, esa chispa que no prendían las demás. Te busque, siempre busque noticias tuyas, no era difícil saber que era de tu vida, tantos amigos en común, una ciudad tan pequeña como la nuestra en donde todo se sabe. Supe que te pretendían muchos otros chicos, supe que esperaste pacientemente pensando que yo volvería, no te niego que tuve ganas de volver, sólo para estar contigo, pero también tuve miedo de volver y perderme esto que ahora vivía. Supe también que le hiciste caso a Memo, finalmente, no te negaré que yo también he tenido una relación formal después de ti, una Italiana que conocí en Berlín, periodista también, vivimos juntos casi dos años, nos separamos hace seis meses. Pero ahora no sé nada de ti, no he querido preguntar, quiero dejarme sorprender por tu presente. 

Ahora ya en este avión cuatro años después he decidido volver. Después de viajar por tantos mundos, de conocer lo que había querido, de vivir lo que nunca había imaginado, en este avión, recordando aquel lugar en donde deje tu sonrisa perdida que se disipo en las mismas nubes que ahora vuelven a ser parte del paisaje. 


Al llegar me esperaba Juan mi eterno amigo Juan, no te dije, pero fue a verme dos veces a Berlín, la pasamos genial, la última vez que fue era su despedida, antes de que se casará, salimos casi todos los días muy borrachos todo el tiempo, hacía tanto que no nos veíamos disfrutamos cada segundo, riendo, charlando, llorando, saliste tú en una plática me dijo que lo de Memito iba en serio, no quise saber más, realmente no quería llorar, oír tu nombre siempre me provoca algo, he estado dos veces enfermo tirado en la cama, una de esas veces fue después de la única llamada que tuvimos desde que me fui. 

Recuerdo que con todo el miedo que me provocaba esa llamada, quería escuchar tu voz, esa voz suave, tierna, delicada, cuando me llamabas “amor” yo era la representación de la palabra amor en tú diccionario. Pero a cambio de esa palabra recibí un Aló suave como siempre, normal para ti. Para mi fue un revuelco que apenas pude decir habla Alejandro… la pausa se hizo presente pero no eterna, me dijiste ¿como estas? Hablamos de formalismos, hasta pasar al recuerdo compartido para recordarte que existo en tu pasado, tú evadiendo el tema, pero no podías resistirte a mis chistes esos que siempre te hacen reír, hasta que no pudiste más y comenzaste a llorar y a preguntarme ¿por qué llamas ahora? ¿por qué no habías llamado antes? ¿quién crees que eres?¿o que derechos crees que tienes sobre mi? Un buen día tu decidiste largarte de este país, realmente no entiendo tus razones, cuando tenías todo acá, pero no te conformaste, querías salirte, conocer gente, bueno pues quédate con esas novedades y a mi déjame en paz. Susana no cuelgues por favor, escucha, y te puse esa canción … no tengo más patria que tú corazón y en esa mirada me cabe hasta el sol … oigo que lloras del otro lado del teléfono, por favor Susana no cuelgues quiero oírte quiero decirte que eres y serás siempre mi recuerdo vivo de la palabra AMOR, contigo quiero estar toda mi vida en un futuro. 
Interrumpes enojada Alejandro en un futuro, ¿en cuál? El futuro se construye y tú te fuiste a construir a otro lado, no estas acá y tampoco estas esperando volver, no quiero saber de ti y de mi juntos, no quiero oír tu voz para limitar mi presente, sólo por ti. Quiero que dejes de interrumpir mi vida, porque cuando yo sigo caminando de repente llegas a estropear todo, tu recuerdo, tu nombre, esas revistas en donde apareces tan feliz demostrando que eres un triunfador y que amas estar donde estas, que te amas más a ti mismo en la soledad que compartir tu amor conmigo. Tú lo decidiste Alejandro, así que vive feliz con eso que elegiste, yo no tengo porque oírte más, adiós. 

Después de esa llamada lloré como nunca, me enfermé, de una borrachera termine en el hospital por una noche, salí y volví a casa intente llamarte, no contestaste ni esa ni las siguientes diez veces que intente llamar. Todos los días en cama con gripa, con fiebre, con tos, con ese cuerpo cortado, pero me dolía más despertarme y pensar en ti, dormir y soñar contigo. Fueron dos semanas nada más, después volví a comer como antes, a salir, a conocer gente, chicas, una tras otra, después me quedo sólo el recuerdo de esa llamada, no quise oír tu voz de nuevo. 

Esperando sólo unas cuantas horas para aterrizar a la realidad comienzo a recordar que nunca hicimos muchas cosas juntos, éramos muy jóvenes, creo que nunca viajamos juntos, nunca vivimos juntos, pero también hicimos otras cosas juntos que tal vez nunca las volveremos a hacer ni juntos ni con alguien más. 

Ahí estaba Juan con su sonrisa, nos abrazamos después de tanto tiempo sin vernos, me dijo te tenemos una sorpresa, inevitablemente pensé que tú serías parte de esa sorpresa, pero al llegar a su casa me di cuenta que no eras parte ya de esos días con mis amigos. 

Comimos, reímos, disfrutamos como antes, volver a encontrar gente que me conoce que es mi raíz, realmente los extrañaba, claro que el tiempo había pasado, no mucho pero si el suficiente para que muchos ya estuvieran en pareja, casados, con las deudas de tener una casa, un bebé. Me impresiono ver a Juan con Lucía, ellos siempre fueron novios, o desde que tengo recuerdos. Ahora Lucía tenía una panza enorme con el embarazo del pequeño Pepe, porque ya tenían el nombre, el cuarto, que gustosos me enseñaron, con esos clásicos aviones que nos encantaban cuando éramos niños y Juan siempre los coleccionaba. 

Todos mis amigos tan atentos conmigo, preguntándome sobre mi vida allá, que me veía contento, que los años no habían pasado en mi, que parecía que estaba cumpliendo mis sueños, que tenía un trabajo muy bueno, que me leían. 
Yo sonreía confieso que me sentía halagado pero no todo es fácil como se ve, mi vida si ha tenido éxitos pero también fracasos, abrirse paso en un país que no es el tuyo, en donde nadie te conoce, tienes que hacer contactos, hacer que la gente conozca tu trabajo se tarda meses a veces años, en mi caso fue rápido, pero aún así pase días sin dinero, trabajando de mesero también, cuando se podía. 

Después de una tarde agradable, se prolongo una fogata nocturna como antes, cuando teníamos veinte años, cuando sacaba la guitarra y mientras te cantaba, les cantaba canciones tu acariciabas mi rostro. Fue inevitable prolongar la pregunta, ¿qué ha sido de ella? Ella… no era necesario mencionar su nombre, parecía que la palabra Ella tenía dibujada su silueta y su rostro, Ella, precisamente era mi pregunta, mi mar de dudas, de miedo también, por saber que era de ella. 

Luis me dijo vamos compadre póngase feliz que este día es de fiesta para que recordar el pasado, si allá tienes un futuro brillante, con tantas chicas más guapas. Sonreí esperando otra respuesta, todos cambiaron el tema, me di cuenta que había algo que nadie quería pronunciar, mi duda era más grande ahora, ¿quería yo realmente saber que había sido de Susana? ¿aguantaría el dolor de la respuesta?¿me dolería todavía?

Seguí disfrutando la noche, al final Karla me llevo al hotel donde me quedaría. Karla era mi gran amiga, la que siempre me escuchaba y me daba consejos, muchos decían que ella me quería mucho más que a un amigo, pero sabía que no tenía oportunidades porque yo era de Susana y Susana era para mi lo mejor que podía tener. 
Camino al hotel me dijo que tenía un novio con el cual vivía desde hace 2 años, que estaba contenta, me confirmo que era cierto lo que decían los demás que ella había estado enamorada de mi. Charlamos todo el camino y justo cuando llegamos a la puerta del hotel, me pregunto: ¿Porqué viniste Alejandro?¿para buscarla? 
Yo no sabía que contestar, le debía honestidad y ella a mi, me subí al auto y le dije arranca, vamos al mirador. No hablamos en el camino, sólo paramos a comprar nuestro vino preferido y unos vasos, llegamos al mirador, nos sentamos a beber ese primer vaso de vino, sin hablar, al final tome el valor para poder decir las palabras. 

No volví para buscarla, volví para encontrarme… no lo sé… pero a veces extraño todo de acá… no es fácil… la nostalgia atormenta mi presente… no me deja seguir avanzando… creo que deje muchas cosas valiosas acá, y quisiera llevármelas… pero también sé que no puedo llevarlos a todos ustedes.

Alejandro creo que no debiste volver, Ella esta ocupada…
Sus palabras me dolieron en cada letra.. sentí un frío que recorrió mi estómago luego se convirtió en calor, deje caer otro trago de vino, me puse de pie y le dije quiero verla. 
Karla enojada replicó: No entendiste… esta ocupada… esta con alguien… tiene una vida… no es tan fácil como decir quiero verla… ¿has pensado si ella quiere verte?
Si, Karla sé que tal vez la respuesta es negativa pero quiero verla, no puedo irme sin tener su rostro enfrente de mi de nuevo, sólo eso quiero. Tantos años han pasado, es impresionante como siento que adentro de mi todo sigue igual. 
No Alejandro no todo sigue igual, vámonos. 
Me dejo en la puerta del hotel, lloré, sólo… 

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