De Judith puedo decir, con el permiso que yo misma como mexicana no como periodista, simplemente una aficionada a la escritura, puede decir, que es una mujer que si bien lo mencionó Rosa Conde, tímida pero con pasión cuando habla, que cuando comienza a hablar no hay quien la pare, y que bueno, así debe ser, tenemos voz para no callarnos, la hemos tenido siempre, pero nos la han apaciguado, y hoy ya ni una mujer ni todas las mujeres debemos esperar más.
Tímidamente Judith se apodera del micrófono, y con toda la espontaneidad dijo: “nunca he presentado libros, es la primera vez que estoy en esto, así que no sé como se hace” palabras que sólo en la pasión de la juventud, uno se puede permitir mencionar, olvidándose de todos los protocolos que impone la sociedad, y que a nivel intelectual se hacen de forma rimbombante, más en un lugar como en el que nos encontrábamos, Casa América, que de palacio y ostentosidad tiene mucho.
Ahí en medio de esas dos salas bañadas en oro y lámparas colgantes, pude apuntar unas ideas relevantes:
- La denuncia a través de redes sociales se ha hecho cada vez más fuerte, en donde de manera anónima o directa uno comenta, publica, critica, subraya las realidades de un mundo en crisis, en donde los países estamos interconectados, en donde la sociedad civil puede tomar la fuerza y luchar en contra de o a favor de. Redes sociales que los gobiernos habían subestimado, porque siempre han podido controlar los medios de comunicación, radio, periódicos, televisión, tal vez próximamente también controlarán este único recurso que hoy nos sirve para denunciar lo que pasa en un pequeño pueblo de un pequeño estado de un pequeño país, o al revés. A la fecha los diversos medios de comunicación subvencionados por el gobierno de México han firmado un acuerdo de cobertura informatica sobre el narcotráfico en México, es decir, el control del gobierno sobre los medios impresos y televisivos, la radio hasta ahora se ha mantenido al margen.
- Otro tema importante se basa directamente en el Narcotráfico, "El fantasma viajero", mencionado por ella, que desde Colombia a México viaja disfrazado en la ilegalidad de su comercialización, de una cadena que muere y mata, que contamina nuestras sociedades, que mata a nuestros niños, viola a nuestras niñas, corrompe la juventud y que al final es sustento también de unos cuantos, para vivir al día. Situación violenta que cambia de cuerpo cuando se introduce desde el Paso Texas a las entrañas de su consumidor voraz, cuando pasa esa frontera que separa todos los matices de la vida, dice Judith. Ahí en la frontera en palabras de Judith, ese fantasma viajero se vuelve pacífico, y ella lanza una pregunta provocadora, ¿Has pensado en cuantos muertos trae ese gramo de cocaína o esa mariguana que te estas fumando?, porque está muy bien que seas vegetariano para que no se mueran los animales, pero las personas que murieron para que esa droga este ahora en tus manos, ¿te importan?
Preguntas provocadoras, de una mujer que ha visto el dolor en los ojos de otros, que no es mexicana, que no es Juarense, pero que ha vivido lo que ahí ha pasado, y eso le da permiso para hablar desde sus ojos, que no pueden ser objetivos solamente, porque este libro nació de algo visceral, al ritmo de balas y metralletas, como ella dijo.
Judith hizo mención de sus grados, viajes, trabajos, de todos los países en los que estuvo y muchos a los que no ha vuelto porque no le dejaron nada, como lo hizo Ciudad Juárez, en donde en sus palabras dice “me enseñaron lo que es la vida, a que uno tiene que ser alegre y ser fuerte, pase lo que pase”.
Ojalá todos nuestros políticos “mexicanos”, pudieran aprender lo que es la vida de un mexicano real, que sale y lucha día a día y que cada día se la juega saliendo de casa sin saber si volverá, peligro democratizado a golpe de violencia en el norte de México.
México lleno de políticos que no aman la pluralidad del país, que gozan de la multiplicidad del individualismo y la conveniencia. Si Judith, ese es mi México hecho a suma de realidades de Norte a Sur, provocadas por la falta de compromiso de nuestros líderes. Lindo y Querido México, huérfano de autoridades, de leyes que se cumplan, de un Presidente orgulloso que no quiere bajar las armas y que a costa de ello cada día mueren más mexicanos.
Gracias por tu libro Judith, por tu aporte, por tu pasión y tienes toda la razón, hay futuro, esta en los jóvenes, por ellos se debe seguir escribiendo, para generar conciencia crítica que despierte la rabia que motive la acción de la construcción de ese país plural, incluyente, potentemente basado en el amor que sentimos por nuestra tierra y nuestros compatriotas.
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