En las montañas verdes
De gran altura
Ahí encontré mi alma un buen día
Sin saber la cita que el destino pactó
Dos horas de camino sinuoso
de dudas sin respuestas
Dejando volar la incertidumbre
El miedo me agota una vez más
Ahí un buen día me presentan
Frente a estas miradas que te desnudan
Que te esquivan
Y te vuelven a vestir
En aquellas ropas citadinas
Cubierta del frío
Y del aire
Ellas descalzas,
Sin abrigo para cubrir esa brisa gris
Ellas,
Tristes en sus colores vivos
Salpicados en el blanco intermitente
De su único vestuario
Escondiendo las sonrisas tímidas
Los llantos ahogados
Detrás de la túnica blanca
Aparecen los retoños
Aquellos que permanecen
Cocidos al rebozo de su madre
Esos rostros enfermos, tristes,
Con ojos llorosos
Con lágrimas secas e impregnadas
Mil preguntas más
Pensamientos
Flechazos
Recuerdos
¿A quién le pregunto?
Sr Diputado q opina…
Sr Senador sabe usted…
NO, imagino q no sabrá
Sr. Ciudadano, te busco
Y no te encuentro
Parada frente a esta mezcla de miradas y gestos
Acepto aquella respuesta sorda
Ciega y muda de mi pueblo
El compromiso Envalentonado grita
justicia y dignidad
que divaga en el idealismo
y sueña con lo utópico
que lucha y no se cansa.
