jueves, 30 de junio de 2011

memorias

y de repente un viaje al pasado, te repite que perteneces a ese lugar
donde tus raíces se echaron sin que t dieras cuenta
vuelves y observas en la melancolía del ayer, el presente que se azota en vientos fuertes y polvorosos en tu ventana, aquella desde la cual te escondes, como simple observador casual.
ves lo que antes fue, y ahora es. duermes en esta misma cama de años de compañía, estas 4 paredes que decoras cada que nace tu aire artístico o tus ganas de expresar, recuerdas aquella sonrisa cada que sucedía algo, ese llanto cada que odiabas con todas tus fuerzas.
hoy es la misma, te das cuenta que el tiempo ha pasado, pero que el mismo sentimiento se refleja, bueno habrá q admitir no es el mismo sentimiento, ha madurado.
se presenta más tenúe, menos distante, más comprensivo, macerado en aquel añejo recuerdo, endulzado en los pequeños momentos compartidos, degustado a sorbo en cada risa y cada palabra de aliento.
entendiendo las razones de lo que significa compartir, aceptarse, madurar, crecer, caminar juntos, vaya sorbo de aliento cálido, raíces enterradas en la frescura de una noche q se presenta diferente ante el abrumante calor de la mañana.

domingo, 5 de junio de 2011

Prenupcial

luz q se apaga
noche interrumpida
dos copas rotas
un vestido blanco
desgarrado todo él en su larga organza
seda delicada
mojada en llanto
escurrida en labios rojos
desgastados ya

rosas sin florero
decoran el suelo desnudo
vino sin bocas
una ventana
sus pies desnudos
así su larga cabellera
agotada, devastada
revuelta en el acongojo
en esa posición fetal
cuando el dolor te tumba

que fría realidad
conjugada con la trasnochada lluvia

el teléfono remarca un número
que incansablemente nadie contesta

tu mirada voltea de reojo
observa esa nota
la nota que pende triste
entre la orilla del sofá y la alfombra
a punto de caer
de volver a romper
este sueño difuso

recuerdas sus letras negras
homicidas
de tu futuro
"un lo siento, no puedo"
se asoma matando
la noche prenupcial
tus lágrimas y tu rostro inundado

METRO

En un rincón olvidado del metro
se esconde la realidad
transeúnte
disfrazada
tal vez dormida
en los ojos de sus pasajeros
que sólo esperan bajar
mecánicamente
difuminarse en el tiempo
en aquellas manecillas
que limitan su espacio de existencia

es gris
son grises
aquellos minutos y horas que gastan a diario
que nadie disfruta
que sordamente esconden entre letras
uno o dos libros
pastas, portadas
cada día un anuncio luminoso
diferente
no asimilado

Cruelmente nauseabundo
de aquel rincón
emana el olor
de las historias d epobreza
los alcoholes excesivos
- cuarenta días sin comer señora
- ¿y cuántos días sin beber? toma cincuenta céntimos
- Gracias
ahí se escapa de la visión matutina
cotidiana
mañana será una nueva historia
un nuevo libro
las mismas líneas de metro